La entrevista de trabajo es, casi siempre, el último escalón hacia ese puesto de trabajo al que aspiras. De superarla o no dependerá en gran medida que los seleccionadores apuesten por tu candidatura, por eso, existen algunos errores que deberás evitar cometer cuando te presentes a una.
- Llegar tarde. No puedes ser impuntual en una entrevista de trabajo ya que eso, de entrada, nunca denotará nada positivo sobre ti. Una entrevista de trabajo es algo importante así que merece una puntualidad que, de no existir, daría a tus entrevistadores una imagen de falta de compromiso, de interés, de implicación y de responsabilidad. Imposible comenzar con buen pie de esa manera. Estudia los días previos dónde se encuentra la empresa, cuál es la mejor combinación para llegar…
- Falta de interés y preparación. Cuando acudes a una entrevista de trabajo debes estudiar previamente a qué se dedica la empresa, en qué consiste el puesto al que aspiras, y prepararte ante todas las preguntas posibles. Debes ser capaz de defender tu candidatura para ese trabajo por lo que deberás saber qué podrás aportar tú al proyecto, cuáles son tus puntos fuertes, y prepara también ciertas preguntas “tipo” para que no te pille de desprevenido.
- El atuendo. Acudir a una entrevista de trabajo mal vestido te restará puntos de manera directa. Debes ir de una forma correcta, formal, acorde al puesto de trabajo al que aspiras y a la empresa en general. Aplica el sentido común.
- No hables demasiado, ni demasiado poco. No te enrolles contando un montón de cosas que quizá no interesen para ese puesto o tardes una eternidad en responder a una pregunta, tienes que ser conciso, evitar florituras, redundancias y pedanterías. Tampoco te vayas al lado contrario y peques de hablar poco. No respondas con monosílabos y trata de argumentar todo lo que te están preguntando. En el equilibrio está la virtud. Y no seas vulgar ni demasiado coloquial en la forma de explicarte.
- No critiques a tu antigua empresa. Hablar mal de antiguos jefes o antiguos compañeros está prohibido en una entrevista de trabajo. Todos hemos pasado por experiencias negativas en otros trabajos pero esa información carece de relevancia de cara a tu futuro puesto. Quizá se conozcan, sean clientes de tu nueva empresa o, simplemente, por cuestión de educación y prudencia.
- No descuides tu lenguaje no verbal. Tan importante como lo que dices es cómo lo dices. Evita recostarte en el sillón o adoptar una postura demasiado relajada. No es necesario que estés recto e incómodo, debes estar natural pero con una postura educada. Mira a los ojos a tu entrevistador, no desvíes la mirada, sonríe y da la mano con fuerza y decisión.
- No mientas. De nada te servirá hablar de virtudes que realmente no tienes o de conocimientos que no posees. Si te eligen tendrás que demostrar todo aquello que has contado que sabes hacer, así que no mientas ni reconozcas méritos, conocimientos o habilidades que no tienes. Habla de tu capacidad de aprendizaje, de adaptación, de superación, de tus puntos fuertes.
Se trata, en definitiva, de mostrar actitud, determinación, ganas e interés. De escapar de eufemismos, falsos auto halagos y grandilocuencias que, realmente, no informen de nada o, más bien, desinformen. Sé natural, seguro de ti mismo, realista y optimista.
