A cada persona le apasiona una cosa diferente. Cada uno vive su desarrollo profesional de una forma o de otra. Puede suceder que, en ocasiones, enfrentarnos a cada jornada laboral sea un suplicio porque no estamos haciendo aquello que realmente nos satisface o, por el contrario, que el trabajo que desempañamos nos lleve a desarrollarnos, a crecer y a sentirnos bien. Si te encuentras en un punto medio en el que no sabes muy bien cómo te encuentras, te vamos a dar cinco señales que te indican que lo que tienes no es tan malo como parece.
- Puedes ser tú mismo. A veces sucede que en el ambiente laboral te comportas de forma distinta a cómo eres en tu tiempo libre. Si encajas con las personas que te rodean, si te encuentras cómodo en la empresa, si te sientes valorado y apreciado, podrás ser tú mismo en todo momento.
- Tu jefe es un líder. Existen enormes diferencias entre ser un líder y un jefe. Este último reparte tareas sin orientación, sin aclaraciones o indicaciones. Los líderes dan instrucciones y están a disposición de sus empleados, tienen fe en ellos y en sus capacidades y les permiten hacer su trabajo con libertad, fomentado su autoestima y motivándoles en el camino. Si tienes a tu lado uno de ellos, te puedes sentir afortunado.
- Te sientes seguro. Un factor que te lleva a disfrutar o no de tu trabajo es la confianza en tus capacidades y la seguridad de que lo vas a hacer bien. Si te encuentras siempre agobiado y estresado no disfrutarás de lo que haces. No quiere decir con esto que es mejor tener un trabajo «fácil», ya que esto puede desembocar en una desmotivación y sensación de falta de valor de lo realizado.
- Tienes posibilidades de crecer. Los trabajos «fáciles» no son del todo gratificantes porque, al final, no te dan demasiado espacio para el crecimiento profesional y personal. Si te encuentras en una posición en la que tu jefe aprecia tu potencial y planea objetivos a largo plazo verás más cerca las opciones de crecer. Cuando uno cree que su trabajo tendrá una recompensa en el tiempo será más libre para concentrarse de lleno en esa tarea, en lugar de centrarse en lo mucho que la odia…
- Amas lo que haces. Si te gusta mucho tu trabajo, te importará menos ganar poco dinero o dedicar horas. Incluso que tengas un tirano como jefe. Todo se colocará en una balanza donde se deberán equilibrar los aspectos negativos y positivos. Vale la pena hacer frente a todo lo malo siempre que te sientas realizado en tu trabajo cada día.
