Vale. Aún estás de vacaciones. Disfrutando de tu tiempo libre, aprovechando para estudiar algo interesante, leyendo mucho, mejorando tu inglés o, simplemente, pasándolo bien. No es cuestión de agobiarse ni sumergirse en una depre pre-clases, solamente quiero darte unas pautas y consejos básicos y sencillos para prepararte mentalmente para el regreso a los estudios.
El síndrome postvacacional existe, y se puede controlar tomándose con filosofía lo que llega. Porque, aunque no te apetezca lo más mínimo, va a llegar, sin remedio. Algo de energía y buena actitud te ayudarán en el proceso. Es importante para ello que retomes tu rutina, poco a poco. Esto se traduce en volver a tener unos horarios y hábitos similares a los que tienes durante el curso, tanto en comidas, horas de sueño… No vuelvas de tus vacaciones la víspera de clase para reincorporarte de golpe, es bueno tener un periodo de adaptación física y mental para que sea menos duro el regreso y el habituarte de nuevo a esa forma de vida que llevas el resto del año.
Para que esta vuelta no sea tan dura, ve pensando y organizando también tu tiempo de ocio para el curso. Aún falta, pero ¿y por qué no? Te ayudará un montón. Mira actividades que te apetezca hacer, escapadas, conciertos, lo que más te guste, para ver que tu agenda de otoño – invierno también tendrá cosas buenas. Márcalas en tu calendario y tenlas presentes como una motivación extra.
Regula, asimismo, tu alimentación. En verano los horarios se descompensan y comemos peor, así que ve haciendo una dieta más equilibrada y sana, y bebe mucha agua. Además, empieza a hacer algo de ejercicio si durante el verano has dejado más desatendido tu cuerpo, pues te sentirás mucho mejor contigo mismo y afrontarás con mucha más energía tu vuelta a las clases. Tan importante es prepararse mental como físicamente, pues equilibrando ambas cosas es cuando encontrarás tu estado de armonía.
Busca el lado positivo a lo que te espera. De cómo te tomas lo que ocurre a tu alrededor depende todo el éxito de lo que emprendas. Por eso, piensa en alicientes como volver a ver a tus amigos y compañeros, el hecho de que te estás labrando un futuro profesional y todo lo que conlleva, y que la rutina del curso también tiene cosas muy interesantes. Busca la motivación y encontrarás la forma de volver a clase con una sonrisa.
