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La guía de convivencia para un piso compartido

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Si te ha tocado salir a estudiar fuera de tu ciudad tienes dos opciones: vivir en una residencia o en un piso compartido. Hoy vamos a ver una guía con las reglas básicas de convivencia para este segundo tipo de alojamiento; en ocasiones depende, sobre todo, de las personas con las que compartas techo pero, en cualquier caso, es importante que sigas estas recomendaciones.

  1. La planificación es fundamental, sobre todo para evitar discusiones o malentendidos. Por eso, lo mejor es elaborar un calendario con las tareas que tiene que realizar cada persona (y cumplirlo, claro). Así no habrá dudas de quién tiene que fregar, limpiar o recoger las zonas comunes.
  2. En este punto, la limpieza y la higiene es vital. Sobre todo en esos espacios que compartís, cada uno puede tener su habitación como quiera… Pero en el baño, la cocina, el salón, pasillos y terraza hay que ser especialmente cuidadoso. Si repartís las tareas será mucho más sencillo que todo esté en orden sin teneros que dar un día una gran paliza de limpieza.
  3. Respeta las horas de descanso y estudio de los demás. Seguro que a ti te gusta que lo hagan contigo, así que aunque tu día a día sea diferente que el del resto es importante que exista un respeto mutuo por esos momentos en los que se necesita especial silencio o concentración. Todos deben estar alineados en las mismas normas de convivencia.
  4. Si vas a invitar a alguien a casa comunícalo a los demás. Precisamente por lo que te comentaba antes, quizá tu compañero tenga un examen al día siguiente y necesite dormir y descansar. O, simplemente, para que no le pille de sorpresa.
  5. A no ser que ya tengas muchísima confianza con tus compañeros y sepáis que no hace falta, es bueno que no cojas las cosas de los demás sin decirlo. Si reina la armonía no pasará nada, pero al menos debes avisar si coges algo de su comida, su ropa o sus productos del baño.
  6. La comunicación debe ser fluida y sincera. No pasa nada por decir las cosas, de hecho, es esencial decirlas a tiempo, no ir guardando todo lo que te puede molestar hasta que explotes y puedan llegar las malas formas o, de nuevo, los malentendidos. Es cuestión de hablarlo, con tranquilidad, y buscar entre todos la mejor solución. Siempre con una sonrisa y practicando la empatía.

Si todavía no convives pero estás buscando un piso de estudiantes, te recordamos estos consejos que te pueden ayudar en esta labor.

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