Tan importante es el tiempo que dedicas a estudiar como el que deberías dedicar a descansar. Y es que un buen descanso es fundamental para rendir mejor en tus estudios, por eso tienes que aprender a equilibrar las horas que inviertes para cada cosa y conseguir, de este modo, que un descanso de calidad repercuta en un rendimiento académico más excelente.
No debes sacrificar horas de sueño, y menos el día antes de un examen. Sé que esto es complicado de cumplir sobre todo si tienes esa sensación de que «te ha pillado el toro» pero por experiencia propia te digo que lo que no te hayas aprendido hasta ese momento es complicado que lo consigas aprender en esas horas que te estás quitando de dormir.
Y más aún. Si descansas adecuadamente durante la noche previa a la prueba retendrás mejor los conocimientos que ya tengas sobre la materia.
Cada persona sabe en qué momento del día rinde mejor y cuando sus pilas comienzan a fallar. Hay teorías para todo; algunos expertos afirman que el momento de mejor aprovechamiento del tiempo de estudio es el que corresponde a las primeras horas del día, y que este rendimiento disminuye conforme pasa la tarde y llega la noche. Yo, por ejemplo, cumplo esto a rajatabla, pero también conozco gente que rinde mucho mejor por la tarde e incluso hacia las horas más nocturnas. Y hay otros estudios que lo corroboran también. Entonces, ¿qué hacemos?
Buscar el equilibrio
Lo que debemos conseguir es tener un horario de estudio que sea como sea nos permita descansar adecuadamente durante la noche. Si terminas de estudiar muy tarde el cerebro acaba de estar sometido a mucha información y te costará conciliar el sueño.
Además, las áreas del cerebro que se encargan de almacenar información y hacer trabajar a la memoria no funcionan del todo bien cuando hay una falta de descanso y tenemos sueño.
Y, recuerda, no solamente se trata de descansar por la noche y dormir bien, que es fundamental si queremos rendir mejor al día siguiente, también hay que hacer altos en el camino mientras estamos estudiando, es decir, evitar el cansancio físico y mental de estar durante mucho tiempo frente a los apuntes. La atención máxima de una persona está presente durante 45 minutos, por eso, los expertos aconsejan hacer un parón de unos 10 minutos cada hora. ¿Te acuerda de la técnica Pomodoro? Es otra opción que puedes tener en cuenta. Estira las piernas, los brazos, relaja la vista. Tu cuerpo y tu cabeza te lo van a agradecer.
