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Cómo trabajar la atención desde las edades tempranas para aprender más rápido

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Todos queremos que nuestros hijos se desarrollen sanos y con las mayores garantías. Para facilitar su desarrollo, existe la llamada atención temprana. La atención temprana (también conocida como estimulación temprana) son las actividades y estímulos (intervenciones, en pedagogía) dirigidas a los bebés y niños de 0 a 6 años, sus familias y su entorno.

Estas intervenciones proporcionan al bebé y al niño las mejores oportunidades de desarrollo físico, intelectual y social. La finalidad es estimular sus habilidades y capacidades para potenciarlas. Por ejemplo, las fichas de atención permiten estimular y mejorar la atención y memoria, así como la percepción visual en la etapa infantil. Se trata, en otras palabras, de ofrecer al niño los estímulos físicos e intelectuales que potencien su desarrollo a todos los niveles.

La atención temprana como intervención en el desarrollo

La Atención Temprana surge como disciplina que estudia este tipo de intervención en los años 70. Desde entonces ha evolucionado a la par que los descubrimientos en el campo de la pedagogía y la neurología. Hoy en día se sabe que la plasticidad cerebral en los primeros años de vida permite desarrollar mecanismos que compensan determinados déficits o patologías. Por eso, los expertos recomiendan aprovechar estos primeros años para intervenir de forma temprana.

Se trata de dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes de niños y niñas que presenten trastornos en su desarrollo o estén en riesgo de padecerlos.

Para ello, el pediatra de Atención Primaria tiene un papel fundamental. Es el profesional médico encargado de realizar el seguimiento del niño o niña, generalmente a través de programas específicos. La pediatra comprueba que los niños van adquiriendo progresivamente los hitos del desarrollo. Se trata de verificar que dispone de las habilidades consideradas normales para la mayoría de las niñas y niños a determinadas edades.

En caso contrario, el pediatra recomendará derivar al niño a un Centro de Atención Temprana. La Atención Infantil Temprana está dirigida generalmente a niños y niñas que presentan trastornos del desarrollo cognitivo, del lenguaje, de expresión somática, emocionales, del comportamiento y de la relación y la comunicación. A partir de ese momento, se pondrán en marcha actividades coordinadas para estimular la atención temprana.

Sencillas medidas con las que los padres pueden estimular la atención temprana

En este sentido, es clave la implicación de la familia. También los padres pueden potenciar las habilidades del niño e involucrarse en la intervención, siempre de la mano de los profesionales.

Por ejemplo, una medida que los padres pueden aplicar de forma sencilla en casa es realizar juegos que estimulen la atención de los niños. Existen editoriales que disponen de colecciones de cuadernos y fichas diseñados para trabajar la atención y facilitar la adquisición de conocimientos durante la primera etapa de aprendizaje. Cada página presenta diferentes actividades instrucciones sencillas e intuitivas. El objetivo es que pueda realizarlo de manera autónoma.

De esta forma, se consigue que el niño desarrolle la capacidad de concentración, mejore su capacidad de relacionar signos y símbolos, se palía su falta de atención y se le ayuda a identificar las diferencias entre conceptos.

En definitiva, unas fichas fáciles y divertidas que permitirán a los padres contribuir al óptimo desarrollo de las habilidades de sus hijos.

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