Becas Estudio

¿Por qué a veces nos ponemos a estudiar cuando ya es demasiado tarde? (y cómo solucionarlo)

estudiar demasiado tarde
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Cuando la planificación falla, cuando se te ha echado el tiempo encima, cuando no sabes por qué motivo quedan demasiadas pocas horas para hacer un examen te asalta la pregunta que seguro te has hecho llegado a este punto: ¿por qué no comencé antes? ¿Por qué últimamente me pongo a estudiar cuando ya es demasiado tarde?

Existen distintas fuerzas que se convierten en tus peores enemigas. Desde la revista Lifehack identifican algunos motivos que te empujan a dejarlo todo para el último momento. Pero tranquilo, también existen las soluciones correspondientes.

El miedo a sufrir te paraliza

Generalmente, cuando intuimos que algo va a suponer un desgaste importante de nuestros recursos mentales con algo que no es “vital para nuestra supervivencia” tendemos a alejarnos. Por eso, dejamos el estudio para el último momento porque sabemos que tenemos ante nosotros un trabajo duro que va a precisar de mucha energía mental. Y hasta que no vemos la amenaza cerca, real, no encontramos esa motivación que nos lleve a ponernos a estudiar.

Por otro lado, el cerebro se anticipa a unos resultados que se prevén “dolorosos” (el tiempo de estudio, el suspenso, habernos esforzado en balde…) y eso le hace quedarse inmóvil, incapaz de ver el lado positivo y pasar a la acción.

Si notas que esto te sucede a ti, lo que tienes que hacer es dejar de procrastinar y planificar correctamente tu tiempo de estudio, incluyendo también, por supuesto, momentos del día para dedicártelos a ti mismo. Estás ante una carrera de fondo en la que seguro habrá momentos de sufrimiento, pero no debes focalizar tu atención en ello, sino en ir avanzando poco a poco conservando recursos para el esprint final.

Errores en la planificación en el estudio

Cuando planificamos el estudio podemos caer en el error de sobrestimar cuánto tiempo productivo vamos a tener durante el día. Recuerda que tienes que comer, hay que dormir, seguro que surge alguna interrupción…

Además, el cuerpo tiene sus propios ciclos de actividad, y aunque te sientes frente a los apuntes durante tres horas seguidas, quizá tu capacidad real de memorizar y absorber la información sea de una hora y media o dos antes de que tu cuerpo te pida descansar.

¿Cómo puedes solucionar esto? Divide las horas que crees que tienes para estudiar por la mitad. Ese será el tiempo real en el que serás más productivo. Por ejemplo, si crees que dispones de ocho horas el sábado para estudiar antes de irte a tomar algo con tus amigos, realmente serán cuatro las que resulten productivas después de haber quitado el tiempo de los descansos, las interrupciones, de comer, etc.

planificacion estudio

¿No eres capaz de encontrar la motivación necesaria para estudiar?

Hemos visto en anteriores artículos la importancia que tiene la motivación en el estudio, pero quizá te cueste encontrarla… Y es que esa motivación va y viene, pero las exigencias del aprendizaje siempre están ahí, por lo que si estás esperando a que se presente y nunca aparece te sumergirás en un continuo estado de espera que hará que te pongas a estudiar siempre a última hora, porque no encontrarás aquella fuerza que verdaderamente te empuje a ello.

Debes concentrarte en el objetivo final que te espera al otro lado de tu examen, de tu carrera. Pregúntate cuál es es fin que te mueve a estudiar. Aunque esa meta final es importante, no debes fijar tu atención solamente en el futuro. De hecho, es recomendable que establezcas objetivos más pequeños, incluso diarios, que te servirán para encontrar la energía que te ayudará a ponerte a estudiar sin esperar al último momento. Establece recompensas, prioriza y sé realista.

A veces, los excesos de seguridad también nos pueden jugar malas pasadas. Es bastante diferente pensar que entiendes algo en clase y ser realmente capaz de poderlo plasmar durante el examen. Debes mantenerte atento cuando explica el profesor, pero no basta con un aprendizaje pasivo, hay que pasar a la acción.

El sueño, un gran enemigo del estudio

La falta de sueño influye negativamente en la motivación del estudiante. Cada persona necesita dormir un mínimo de horas para sentirse renovado, y si durante el tiempo que estás estudiando estás restando horas de sueño a tu día a día al final estarás deteriorando las capacidades de tu cerebro, consiguiendo que funcione más lentamente y con menos ganas.

Disminuirá la motivación y también tu capacidad de atención y concentración. Lo que tienes que hacer es organizar tu jornada teniendo en cuenta siempre esas horas de sueño que necesitas para sentirte bien, nunca restar tiempo de descanso para estudiar, por mucho que lo hayas dejado para el último momento y sientas que es la única forma. Si consigues sumar tiempo de sueño y tiempo libre a tu tiempo de estudio conseguirás ser un estudiante feliz y alcanzarás el éxito. Pruébalo y nos lo cuentas 😉

 

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