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5 consejos para hablar en público

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Durante tu etapa universitaria serán muchos los momentos en los que debas enfrentarte a un auditorio. Exámenes orales, exposición de trabajos y proyectos… Por eso, hoy vamos a ofrecerte 5 consejos para hablar en público, para que logres el éxito en el momento en el que tengas que dirigirte a todas esas personas que te escuchan con atención.

Nervios bajo control

Para controlar los nervios y el estrés que puede producirte el hecho de hablar ante varias personas lo más importante es que lleves bien preparado aquello que vas a presentar.

Así de fácil, y lo mejor para eso es aprender a ser productivo.
Es cierto que pueden aparecer nervios aunque conozcas al dedillo lo que vas a contar, pero si la base es sólida lo demás es fácilmente controlable.

Grábate al menos una vez

Para llegar hasta ese momento con las máximas garantías es importante practicar previamente.

Hazlo frente a un espejo o, mucho mejor, frente a una cámara de vídeo. Graba tu ensayo para ver si tienes alguna coletilla, algún gesto no apropiado y poder controlar al máximo tu comunicación no verbal.

Vocaliza bien, como un cantante

Habla alto y vocaliza bien tu exposición.

El tono y volumen que emplees es muy importante para el triunfo, o no, de tu locución.
Al comienzo es normal que te encuentres nervioso e incluso titubeante, pero evita que esto dure más de lo estrictamente necesario y habrás aprendido a comunicar.
De hecho, quizá el hecho de que te pueda temblar la voz sea más una apreciación tuya que del resto. Una vez comiences y veas que todo fluye tu tono será el adecuado, siempre firme.

Lenguaje corporal, mueve esas manos

Como te decía antes, es importante cuidar el lenguaje no verbal.

Tu cuerpo va a decir mucho de cómo te sientes, y es que sólo un minúsculo porcentaje de la comunicación llega a través de las palabras.
Tu postura, tus gestos, tu mirada, tu expresión… todo ello transmitirá mucho más que tu discurso.
No gesticules en exceso ni te quedes parado con las manos en los bolsillos.
Debes mostrarte natural, relajado, sin que tus manos distraigan pero consiguiendo que den fuerza y apoyen a tu discurso oral.
Espalda recta, postura firme y segura. No pierdas la sonrisa en ningún momento, mira a los ojos de tus interlocutores y sé tú mismo, sin sobreactuar.

Coje aire, tómate tu tiempo

Respira con toda la normalidad posible.

No corras al hablar, coge aire cuando necesites, sin ahogarte.
De hecho, de cómo lleves tu respiración dependerá en gran medida tu relajación, ya que si es lenta y profunda contribuirás a sentirte mucho más tranquilo.

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