Muchas veces perdemos fuerza. La energía decae y los pensamientos negativos comienzan a llegar nuestra mente. Pero hay que pararlos antes de que se nos apoderen. Durante el estudio pasamos por etapas de desmotivación que se pueden salvar, y salir airosos de ellas, y que, en realidad, todos tenemos que sentir en algún momento para renacer con mucha más fuerza. Vamos a ver cómo combatir la desmotivación en el estudio para tener siempre una actitud positiva y que nunca falten ganas de seguir luchando.
- Recuerda las razones por las que estás ahí. Terminar la carrera, concluir tu beca de estudios con éxitos, finalizar el máster, aprobar los exámenes finales, lograr tu primer trabajo… Tú mismo deberás saber qué te ha llevado hasta ese lugar y nunca olvidar los motivos que te han guiado en este camino. Nunca pierdas de vista el hecho de para qué has de estudiar todo lo que tienes delante de tus ojos.
- Acuérdate de disfrutar. Probablemente estás enfrascado en exámenes, temarios, estrés, duermes poco y comes menos. No te olvides de que lo importante que es, también, disfrutar del trayecto, así que trata de buscar el lado positivo a todo lo que hagas, aprende cosas nuevas que te hagan crecer y pásalo bien mientras lo haces. Celebra las pequeñas victorias que vayas alcanzando y disfruta cuando llegues hasta esa primera meta marcada. Sólo así lograrás mejorar tu productividad y tu autoestima.
- No te pongas grandes metas. Debes plantearte pequeños objetivos para irte motivando a cada paso que des. Si te planteas una meta final enorme el ánimo puede decaer más fácilmente. En los pasos pequeños y en los logros obtenidos durante ese camino está la verdadera positividad, cosas aparentemente insignificantes pero que suponen mucho para ti. Paso a paso, y el camino será más fácil.
- Vive el presente. Esta premisa de vida es aplicable también al estudio, y es que si tu mente se dispersa cada vez que te pones frente al libro, si empiezas a pensar en todo lo que te queda, en el trabajo que tienes que entregar o en lo que debes hacer por la tarde, te agobiarás en exceso y perderás concentración. Y, en consecuencia, rendirás peor y eso terminará minando tu estado de ánimo.
- Descansa. Todos merecemos un alto en el camino para coger aire y cargar pilas. Si has terminado la tarea programada para el día, date un respiro y relájate. Un paseo, una peli, un rato de lectura, un café con los amigos… Es muy necesario.
